sábado, 2 de agosto de 2014

Educar a tu Cachorro

Cada perro tiene distinto carácter y forma de ser, así que cada uno necesita distinto grado de perseverancia, de paciencia y de tiempo por parte de su dueño. Y jamás olvide que aprenden con mayor efectividad y mejor con caricias y juegos que con reprimendas. Se le debe respetar siempre.
Es muy importante tener una buena relación con el perro para que se establezca un vínculo sólido entre dueño y perro. Igual de importante, o quizá más, es premiar al perro cuando cumple el objetivo que le proponíamos, que reprenderle cuando haga algo que no debe. No se puede estar siempre gritándole al animal ni agrediéndole sin mostrarle luego nuestra satisfacción cuando haga algo con bien. Y tengamos en cuenta que no es lo mismo AGREDIR que REPRENDER. La reprimenda deber consistir en: decirle un “NO” con un tono fuerte y de manera contundente, y en cuanto deje de hacer algo que no debe, cambiar el tono a uno afable y sosegado para decirle “MUY BIEN” y acariciarle de la cabeza al lomo y darle palmaditas en el costado.

Si insiste en hacer algo que no debe, se le puede dar un cachete (como una bofetada seca pero no fuerte, Y SIEMPRE CON LA MANO, no periódicos ni nada parecido) en el trasero, y volver a decirle la palabra “NO”. Es más efectivo que el animal intuya nuestro enfado con él a pegarle continuamente.
Incluso ignorarle un rato tras haberle reprendido con el “NO” resulta efectivo, ya que así entiende que no nos relacionamos con él cuando hace algo malo. Los perros son muy receptivos y sensibles.
Es básico tener paciencia con el perro, no va a aprender las cosas en el tiempo que deseemos, y cada carácter tiene su tiempo de adaptación y asimilación.

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